De norte a sur y de este a oeste, el año 2023 nos esta haciendo recorrer España de punta a punta. No es la primera vez que tenemos una boda en Tarragona, pero sí que nos estrenamos en el L’Orangerie de Clos Barenys, una maravillosa finca con bodega propia ubicada a pie de la Vía Augusta, donde ya los romanos hace ya 2000 años disfrutaban de los encantos del mediterráneo.
Anna y Didac nos han regalado un fin de semana inolvidable, no solo por recibirnos y tratarnos maravillosamente, si no porque nos han dado la oportunidad de ir los dos monitos a pasar tiempo juntos (que no suele ser lo habitual).
Un viaje largo pero con nuevo himno musical, es lo que tienen cinco horas de coche. Mucha charla y nuevos planes para el año 2024.
Centrando la historia, comenzar un día de boda con un bañito en el mar es otra película, hace que todo vaya a favor de obra (como dice un monito que yo me se). La jarana de verdad comenzó después de comer cuando nuestros chicos comenzaron a vestirse.
La finca es una pasada, con muchísimos rincones bestiales, una casita preciosa donde se cambió Didac, un garaje con una colección de motos que quita el sentido, una salita de cata de vinos donde se cambió Anna, vamos…que no nos aburrimos.
El que todo el evento se celebre en el mismo lugar nos permite hacer todo con mucha calma. Evitar desplazamientos, tensiones y prisas hace que todo fluya mucho mejor.
Con los novios preciosos, algo nerviosos, pero con unos vinos blancos encima…la cosa no podía salir mal. Una ceremonia íntima, con palabras muy bonitas, alguna que otra lagrimilla, muchos recuerdos y esas cosas que cuentan los amigos cuando les toca leer.
Tras la ceremonia y mientras los invitados se iban hacia la zona de cocktail aprovechamos para hacer cuatro fotos a Anna y Didac solitos dando una vuelta por las viñas y tomando un poquito de aire.
Empezó el cocktail cuando ya se había por completo el sol y aunque no era hora de vermú…madre mía que vermú por favor, estos de Tarragona lo saben hacer rico rico. Algunas copas, esas fotitos de grupo que tanto nos gustan a los fotógrafos y poco más que contar…
Comienza la cena y la verdadera locura…nunca lo habíamos visto pero los novios se iban cambiando de mesa en cada plato…y en esos cambios musicota loca y a bailar…un no parar…
Solo os vamos a enseñar unas pinceladas, pero esperamos que gusten tanto como a nosotros!!!
Un beso gigante Anna, un beso inmenso Didac y gracias por dejarnos ser parte de vuestra historia y de vuestra vida…PURA VIDA!!!